jueves, 10 de abril de 2008


"Estáis viendo delante de vosotros, al pie mismo de vuestras cómodas casas, a una multitud de seres abandonados, faltos de todo lo que es necesario a la niñez, desde los padres hasta los juguetes… les estáis viendo, sí… nunca se os ocurre infundirles un poco de dignidad, haciéndoles saber que son seres humanos, dándoles las ideas de que carecen; no se os ocurre ennoblecerles, haciéndoles pasar del bestial trabajo mecánico al trabajo de la inteligencia; les estáis viendo en habitaciones inmundas, mal alimentados, perfeccionándose cada día en su salvaje rusticidad, y no rodeados...


¡Toda la energía la guardáis para declamar contra los homicidios, los robos y el suicidio, sin reparar que sostenéis escuela permanente de estos crímenes!
El miserable huérfano, perdido en las calles y en los campos, desamparado de todo cariño personal y amparado sólo por las corporaciones, rara vez llena el vacío que forma en su alma la carencia de familia… ¡oh!, vacío donde debían estar, y rara vez están, la nobleza, la dignidad y la estimación de sí mismo."



Marianela. Benito Pérez Galdós