lunes, 5 de mayo de 2008

¡Qué genio!





Pena es que la palabra genio haya quedado sepultada por el peso del pie de tantos así considerados. Yo creía que un genio era una persona superior a las demás pero, lamentablemente, cualquier pocacosa, pisahormigas, que tenga una extraordinaria habilidad para alguna cosa, puede ser catalogado como genio. Ahora la he sustituido en mi querencia por la palabra sabio.
La Historia ha etiquetado a Napoleón de genio militar. Me alegraría pensar que sabio militar no fuera indicado para este sabandija, canalla codicioso. Veamos lo que de él pensaba un verdadero genio, un sabio:

“ -¡Ah, eres tú, Napoleón! –exclamé en voz alta como si el terrible animal entendiese mis palabras-. Ya te reconozco. Eres el mayor y el más fuerte de todos, eres el que iba delante cuando bajabais por la escalera. Infame, tu corpulencia y tus años te dan sobre los de tu ralea la superioridad que demuestras; pero eres un egoísta que por tu propio provecho reúnes a tus hermanos para que te ayuden en tus carnicerías. Miserable, ellos están flacos y tú estás gordo. Lo que ellos husmean tú te lo comes, y a falta de otro manjar, devorarás a los pequeñuelos que te siguen, orgullosos de tener un general tan bravo. Miserable, ¿por qué me miras? ¿Crees que te temo? ¿Crees que temo a una vil alimaña como tú? El hombre, que a todos los animales domina, que de todos se vale, que se alimenta con los más nobles, ¿temblará ante un indigno roedor como tú?"

(“Gerona”, Benito Pérez Galdós. Episodios Nacionales)
Fortunata y Jacinta (Benito Pérez Galdós ) (música):

1 comentario:

  1. Yo también leo a Galdós y me parece interesantísimo. Tiene un montón de libros que son obras maestras, y es muy entretenido. Estoy de acuerdo de que Napoleón era un tiparraco. Inmaculada.

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